Existe mucha confusión sobre los estilos y las posturas (asanas) de yoga, por lo que encontrar la que va contigo y tu motivación dentro de este mundo puede ser tan agotador como tu primera clase de yoga. Tanto si eres totalmente nuevo en esto como si has hecho una o dos clases, hemos explorado el terreno para traerte un resumen de los cuatro estilos de yoga que más se practican. Con esta guía, podrás elegir el estilo que más va contigo, y centrarte únicamente en desenrollar la esterilla y reservarte tiempo para ti.
Cada estilo de yoga atiende unas necesidades distintas y tiene unos objetivos concretos. Algunos tipos tienen un ritmo rápido y son exigentes físicamente, mientras que otros son más restaurativos y relajantes. Sea cual sea tu rutina diaria, hacer una parada y reservarse tiempo para practicar yoga siempre será una buena idea.
ELIGE ENTRE LOS DISTINTOS TIPOS DE YOGA
Está muy bien comprarse una esterilla de yoga y elegir la ropa adecuada, pero para aprovechar al máximo tu práctica es esencial conocer un poco más los distintos tipos de yoga.
La palabra «yoga» procede del término «yuj» en sánscrito, que significa acoplar, unir o fusionar y que hace referencia al principio subyacente del yoga: crear una conexión más estrecha entre mente y cuerpo mediante el movimiento controlado y la meditación. Aunque el yoga se lleva practicando más de 2000 años, su esencia siempre ha sido cultivar esa conexión.
Si de forma rutinaria reservas tiempo en tu vida y encuentras comodidad y disfrute en tu práctica, el yoga puede ser una oportunidad diaria para respirar y ser tú mismo tanto mental como físicamente.
CUATRO DE LOS ESTILOS DE YOGA MÁS PRACTICADOS Y SUS BENEFICIOS
Sea cual sea el tipo de yoga con el que más te identifiques, la práctica constante te permitirá sentirte en armonía contigo mismo y con el mundo que te rodea—con la Tierra y con los elementos. Si te dedicas tiempo y espacio para relajarte, centrarte de verdad y fluir con la práctica, y profundizar en las posturas, podrás descubrir dimensiones nuevas y transformadoras de tu mente y tu cuerpo con cualquier estilo de yoga. Si de forma rutinaria reservas tiempo en tu vida y encuentras comodidad y disfrute en tu práctica, el yoga puede ser una oportunidad diaria para respirar y ser tú mismo tanto mental como físicamente.
YOGA CON CALOR
El yoga con calor se practica en una sala muy caldeada con series de 26 posturas, que son las mismas en todo el mundo. Sin duda, es una experiencia en la que se suda y que podríamos calificar como no apta para cardíacos. Durante los 90 minutos de una clase de yoga con calor, la sala suele estar a unos 41 °C.
El yoga con calor es, claramente, el estilo con el que más se suda, por lo que utilizar prendas con tecnología AEROREADY, confeccionadas con tejidos absorbentes que repelen el sudor, te ayuda a conservar la sensación de frescor para que puedas concentrarte únicamente en la práctica.
YIN YOGA
El yin yoga es el estilo que más se parece a la meditación. Es una modalidad de ritmo pausado en la que las posturas se mantienen durante varios minutos y está dirigido al tejido conectivo profundo, más que a los músculos. En consonancia con sus raíces en la medicina china y la filosofía taoísta del yin y el yan, el yin yoga combina estiramientos y relajación en distintas posturas.
El yin yoga es una práctica más sosegada, que centra la atención en el estiramiento y resulta menos dinámica. Utiliza ropa de yoga que te acompañe en los movimientos y los estiramientos cuando te levantas y te tumbas en las posturas de yoga.
HATHA YOGA
El hatha es el estilo que se le viene a la mente a la mayor parte de la gente cuando piensa en yoga. En sánscrito, la palabra «hatha» significa «disciplina de fuerza», pero el hatha yoga ha recorrido un largo trayecto desde sus orígenes en el siglo I. El maestro yogui hindú Gorakhnath sentó las bases del hatha en el siglo XI. Esta modalidad comenzó a difundirse por occidente a finales del siglo XIX y en la década de 1960 adquirió popularidad entre las prácticas mayoritarias. Hoy en día, una clase de hatha yoga se centra en el ejercicio físico de las posturas. Estas clases, en las que las posturas se mantienen durante bastante tiempo, suelen ser más lentas y menos fluidas que las de otros estilos de yoga más dinámicos.
ASHTANGA YOGA
Aunque todavía se cuestiona la historia del ashtanga, esta modalidad ha aumentado su popularidad desde principios de la década de 1990, ya que se trata de un estilo más dinámico y exigente que el hatha yoga. El ashtanga yoga se suele presentar como una interpretación moderna del yoga hindú clásico y muchas personas lo conocen a través de las distintas versiones del power yoga. Durante una clase de ashtanga, se sigue una secuencia fija de posturas prestando atención a la respiración antes de pasar de una postura a otra.
«La secuencia de ashtanga tiene saludos al sol, posturas de pie exigentes, torsiones, flexiones hacia atrás y muchas flexiones hacia delante», afirma Helen Johnson, instructora certificada de yoga y directora sénior de cuentas clave de adidas. «La práctica es siempre la misma, eres tú el que cambia día a día».
El yoga es mucho más que una secuencia de posturas físicas sobre una esterilla resbaladiza. Consiste en reservar tiempo en tu vida para la práctica. La clave de cualquier práctica es encontrar el tipo de yoga que uno prefiere, elegir una clase y llevar ropa que te permita moverte con libertad.
Tanto si estás empezando como si ya tienes algo de experiencia con el yoga, esperamos que desenrolles la esterilla y te reserves tiempo para ti.